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domingo, 17 de agosto de 2014

RSEd y estructura y cultura de la organización escolar

Instituto Pindapoy-San José-Misiones
Social Educational Responsibility: school structure and culture. Collegiality
La RSEd impregna de una visión ética a la organización escolar, porque ésta se hace responsable de los impactos que produce en los públicos interesados y promueve el bien común de todos.

Es pertinente entonces preguntarnos cuál es la estructura y la cultura organizacional más apropiada para desarrollar y practicar la RSEd.

Por mi parte descartaría la perspectiva crítica que se propone profundizar los conflictos en la escuela, como modo de configurar “la realidad organizativa de los centros educativos, en la que son conceptos básicos el poder, los intereses, las políticas de actuación, las luchas ideológicas y científicas, etc.” (Xesús R. Jares, El lugar del conflicto en la organización escolar, Revista Iberoamericana de Educación, Número 15, Septiembre - Diciembre 1997) . En mi opinión, esta consideración positiva del conflicto es una visión ideológica, que abreva en la dialéctica de la lucha de clases, y que es nociva para el clima de confianza que debe impregnar el ámbito educativo.

Mi propuesta es considerar a la organización escolar como comunidad de aprendizaje, de la que participan no sólo maestros y alumnos, sino todos los stakeholders internos y externos, tal como venimos explicando en este blog.
A esta noción de comunidad educativa correspondería la colegialidad, como estructura y como cultura, cuestión que hemos planteado en otros trabajos que están publicados (Por ejemplo, Carlos Pujadas y Julio C. Durand, El concepto ampliado de colegialidad: alcance y posibilidades, Fundamentos en Humanidades, Universidad Nacional de San Luis, Año III- N° 1-2 (5-6/2002) / pp. 57- 68).
La estructura colegial sería el sistema por el que todos los stakeholders son tenidos en cuenta y participan en las decisiones, según las funciones que cumplen en la comunidad educativa. Y la cultura colegial como cultura de la organización, está caracterizada por la confianza entre sus miembros, que los motiva para moverse por un interés común, que busca el bien de la institución y de todos sus integrantes a través del trabajo colaborativo, en equipo y en red.

Lo que hemos expuesto en estas líneas es una síntesis de un tema muy amplio y rico y poco estudiado en la bibliografía escolar[1]. Y nos parece importante, porque introduce la cuestión de la colegialidad como elemento distintivo, complemento coherente y apropiado para la institución educativa que quiere ser socialmente responsable.  Por supuesto que reconocemos que estamos sumando conceptos que pueden resultar excesivamente novedosos para nuestras prácticas escolares habituales. Pero entiendo que la renovación que requiere la avejentada institución escolar pasa por este tipo de planteos desafiantes para el modo de concebirla.



[1] Un trabajo reciente, interesante pero limitado a la colegialidad docente es el de Jesús Jornet, Carmen Carmona y Margarita Bakieva: Hacia una Definición del Constructo de Colegialidad Docente: Estrategias Metodológicas de Evaluación , RIIE 2012 - Volumen 5, Número 1 (e)